Filosofía socrática: Análisis reflexivo (Parte 2)

La virtud contraataca

Por Pablo Emiliano González Vélez

¿Qué tenemos en su esencia? Tenemos que la virtud se identifica con la ciencia del bien, la importancia del actuar, el autoconocimiento y, además, tenemos un hombre tan sereno que en su lecho de muerte este esta tranquilo y argumenta sobre la posición del alma. 

Bueno, en esta sección quiero dar pie a otro punto importante: su enseñanza. 

La enseñanza de Sócrates da pauta a un gran cambio en la enseñanza de la Antigua Grecia. El estudio de la naturaleza se abrió paso para dar la bienvenida del estudio del hombre. 

Aristóteles comparte su postura al decir que Sócrates daba los razonamientos deductivos y las definiciones universales en su misma justicia. 

El método que trae consigo postula una duda metódica, es decir, genera una postura en la que todo punto que intenta ser cierto debe ser sometido a la razón. No obstante, la vista no solo es lo que podemos llegar a decir, también se presenta de manera oportuna preguntas a manera de interrogación donde la cuestión moral es sentenciada a la razón 

La fuerza del dialogo es lo que nos permite descubrir o alcanzar la verdad y dar reconocimiento de la ignorancia que posee el interlocutor ofrece esa verdad y abre el camino de la virtud. 

Básicamente, es el examen de la verdad y la esencia del alma. 

Por otra parte, usar la reflexión del alma da consigo la enseñanza como alimento, de ahí salen dos conceptos que brindan ello, de los cuales, son el saber y la virtud. 

Encontrar la enseñanza para alcanzar la bondad humana se refiere a que primero se debe definir la virtud. Por el momento, la virtud es concebida como el conocimiento y generalizada a un solo factor al poseer numerosas virtudes. 

Lo cual, Sócrates busca enseñar un saber sobre la virtud; el saber del hombre. Además, este conocimiento solo se puede enseñar mediante el dialogo porque no se trata de una ciencia cualquiera. 

Concluyo diciendo que la educación sobre la virtud no solo brinda el saber del hombre, brinda también la maduración de su intelecto y de su alma.