Filosofía socrática: Análisis reflexivo (Parte 3)

El retorno de la ética

Por Pablo Emiliano González Vélez

Finalmente, demos por concluido el tema de la filosofía socrática tocando el tema de la ética. 

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que Sócrates toca el tema del alma y del cuerpo y da a entender que el hombre ha tenido un alma de carácter inmaterial al momento de poner factores que el alma se separe del cuerpo. Por lo cual, Sócrates pone a la mesa que el alma pone el carácter moral del hombre y su uso es hacerla trascendente en la mayor parte de nuestras vidas. 

Por ende, tenemos una conceptualización bastante compleja de diversas culturas y lo que Sócrates argumenta es que el alma tiene sede en el saber. 

Después, la manera en cómo toca Sócrates la relación del alma y el cuerpo es interesante ya que hay analogías por parte del filósofo donde, por ejemplo, la medicina y la gimnasia hacen una relación perfecta y que si el cuerpo esta dañado por enfermedad, la vida no tiene sentido. 

Finalmente, tenemos la filosofía socrática, de la cual, tiene la finalidad de que el conocimiento es el primer paso de la sabiduría y que este camino es difícil de alejarse. 

Además, para descubrir ese conocimiento faltante, es necesario tener un análisis de nosotros mismos, de ahí, Sócrates argumenta que el hombre es su alma y su personalidad. 

Aquí la filosofía se relaciona íntimamente con el comportamiento del hombre y que este es el centro de reflexión porque tenemos esa capacidad de juzgar nuestras acciones y encontrar esos defectos que impidan dar pie al camino de la virtud. 

Concluyo esta trilogía en que Sócrates fue un filósofo importante porque permitió una postura autentica y cruda de nosotros mismos, ver el lado que no podemos ver para mejorar como seres humanos dispuestos a alcanzar el bien y la virtud. Sus posturas brindan los indicios de una sociedad tranquila, ya que, si se tiene ese conocimiento y enseñanza, se logra la madurez, se aniquila las injusticias y las discusiones y brinda la necesaria bofetada de la verdad. 

Aquella persona que tenga la habilidad de analizar su alma posibilita el conocimiento más importante y virtuoso: el autoconocimiento auténtico.